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La silla de ruedas no solo facilita el movimiento dentro del hogar, también entrega algo invaluable: tranquilidad emocional. Cuando un adulto mayor se desplaza cómodamente y con apoyo seguro, tanto ellos como sus hijos sienten alivio y confianza.
En una escena cotidiana —como una madre siendo acompañada por su hija— la silla se convierte en un puente de cercanía, permitiendo compartir momentos sin estrés, sin riesgos y sin esfuerzos innecesarios. Gracias a su diseño estable y cómodo, el usuario puede mantenerse cómodo por más tiempo, mientras el cuidador puede asistir con suavidad y sin temor a caídas o movimientos complicados.
Sus ruedas delanteras de 20 cm con giro de 360° permiten una conducción fluida, facilitando movimientos en pasillos, habitaciones o zonas estrechas. Además, puedes elegir entre ruedas traseras neumáticas, que brindan un andar más suave, o ruedas duras antipinchazos, ideales para quienes buscan cero mantenimiento. Esta flexibilidad permite adaptarse a diferentes superficies y necesidades.
Con un ancho de asiento de 46 cm, un respaldo de 43 cm y una profundidad de 40 cm, la silla entrega un espacio adecuado para sentarse con comodidad y mantener una postura correcta durante largos periodos. Sus medidas equilibran confort para el usuario y facilidad de maniobra para el cuidador, especialmente en zonas de tránsito reducido.